Cada día es una bendición. Es un regalo hermoso de Dios. Las circunstancias se quieren apoderar de nuestras vidas y las percepciones dominarnos cuando somos nosotros quienes deberíamos estar en control con el favor y la gracia de Dios. Necesitamos tomar
riendas de nuestras situaciones confiando en Dios y sabiendo que si vivimos el día en amor y haciendo lo que Él nos instruye hacer, entonces estamos alineados con Su propósito en nuestras vidas. He tenido una prueba fuerte de dolor físico durante estos últimos meses. Manteniéndome alineada en el amor de Dios y en Su promesa de sanidad, ha sido lo que me ha fortalecido mas en Su amor. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias. Salmo 103:2-3 No les niego que he tenido mis momentos de tristeza, lagrimas, soledad y hasta incertidumbre de ¿qué va pasar con mi futuro? Cada vez me pongo en los brazos de Jesús, donde encuentro paz. Sacando mi Biblia, meditando en ella y recordando todo el dolor y sufrimiento que pasó Jesús por mí, solo puedo decirle, “Perdóname, mi Jesús, por lo que siento cuando Tú pasastes por tanto dolor y tribulación para que yo tenga hoy acceso al cielo y disfrutar de la vida eterna. Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Mateo 8:17 Gracias mi Señor. Nos damos cuenta con quienes contamos en nuestras vidas cuando estamos pasando por momentos tormentosos, sean éstos - enfermedad, dificultades financieras, pérdida de un ser querido o simplemente viviendo con nuestras altas y bajas. Mi familia en la iglesia, amigos y conocidos han sido instrumental en hacer muchos de mis días tolerables, gozosos y llenos de esperanza. Necesitamos palabras de aliento y el sentido de que somos amados. Todos tenemos nuestras luchas pero como Cristianos estamos llamados a consolar y estar con aquellos que están enfermos, lloran y sufren. Sin embargo muchos permiten que el estar ocupado en sus cosas personales y hasta en la iglesia los domine y se olvidan de hacer verdaderamente lo que Jesús los llamó hacer. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8 Estoy muy agradecida por mis Pastores quienes se aseguraron de que yo recibiera flores en el hospital y cuando regresara a casa. Me encantan las flores. Sus colores y belleza me llenan de una alegría inmensa. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Salmo 37:4 Nos obsequiaron con tarjetas de regalo de comida para que mi hija se concentrara en mis cuidos. Los Pastores me visitaron y oraron. Mis colegas, bibliotecarios, me llamaban y muchos nos obsequiaron con mas tarjetas de regalo de comida. Tuve visitas de muchos de ellos. Aún las recibo. Sacaron de su tiempo para estar conmigo. Mi sobrina, Aury Lis, vino de Puerto Rico para cuidar de mi por una semana mientras mi hija comenzaba un trabajo nuevo. Naomi, quien es otra hija para mi, viajó desde Chicago para relevar a mi hija y dejarla descansar. Fue una bendición grande. Amigas como Justina, Sandra, Marilou, Daisy, Donna, Barbara, Allison, Carla y Magaly pasaron horas cuidando de mi asistiendo y relevando a mi hija. Mi querido ex alumno y ahora amigo Carlitos y Dave estuvieron conmigo dándome apoyo y me hacían reír para que yo no pensara en el dolor. Otros como los integrantes de mi Estudio Bíblico , Guerreros en la Oración, Neil, Janet, Rosalie, Tammy, Miguel, MeriLynne, Doris, Lucy, Dolly, Monchy, Lari, Annie, Yanira, Monchy, Lari, Carlos, Melissa y Anthony, quienes con sus oraciones literalmente me levantaron en el cuarto del hospital. Estoy muy agradecida a Sonia, quien me hizo un caldo cuando yo no podía pasar nada sólido por boca. Mi familia estuvo muy atentos y orando desde Puerto Rico y Florida. Gracias en especial a Carmencita, Aury, Papo, Juny, Davy, quien desde su cama en el hospital, Vidal, Paquita y papi. Gracias a mis vecinos y todas aquellas personas que oraron, siguen orando y estuvieron pendientes a mi. Yo creo en el poder de la oración. Me estoy fortaleciendo mas cada día. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Santiago 5:15a No minimices el poder de una llamada, texto, visita, el envió de flores o una oración. Se un instrumento del amor y gozo de Dios. Mira a tu alrededor. Encontrarás alguien necesitando de tu sonrisa, oración o unos minutos de tu tiempo. No dejes pasar el momento de hacer algo por alguien. El hombre bueno es compasivo y generoso; todos sus negocios los maneja con justicia. Salmo 112:5 RVC En el amor de Cristo, María Esther
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March 2020
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