Algo muy importante en mi diario vivir es ser persistente y responsable en lo que hago. Esto me ayuda a estar preparada para los compromisos que tengo con mi familia, amistades, trabajos, la iglesia y conmigo misma. Sin embargo no es algo que puedo lograr todos los días por motivo de una enfermedad que aún embarga mi cuerpo y con la cual lucho diariamente. Oro y creo en mi sanidad en el tiempo de Dios. Unos días son mejores que otros. Tras el remordimiento de ver lo atrasada que estoy en las cosas que necesito y quiero hacer, le pido a Dios que me llene de Su gracia. Dios no tiene ningún reparo. Él es abundante en todo lo que nos da. El problema soy yo. Yo soy la que necesito darme gracia y amarme. Hay días que es muy difícil ya que mi cuerpo me responde un 70%. Como me siento un poco mejor me muevo aún con dolor no tomando en cuenta las consecuencias. ¿Porqué será que uno quiere ser como la Mujer Maravilla y se va a los extremos? Sencillo. He aprendido que verdaderamente no conozco mis límites y no me tengo gracia. Suelo ser muy dura conmigo misma. Me frustro fácilmente. Entonces es que la voz de mi hija empieza a resonar en mis oídos, “Mami, date gracia. No porque te sientas un poco mejor, lo quieras hacer todo.” 🤦🏻♀️🤦🏻♀️ Es entonces que me doy un descanso y me trato con más cariño. Es el tiempo en que el Espíritu Santo también me hace recapacitar. Me susurra que mi cuerpo es Su templo. Necesito cuidar de él. Le pido perdón y le pido que me llene con Su gracia. Pero, ¿Qué es la gracia de Dios? La gracia de Dios es la suma de las bendiciones que El derrama sobre nosotras aún cuando no la merezcamos. Es gratuita. Dice la Palabra de Dios en Efesios 2: 8-9, “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho…” Le doy tantas gracias a Dios por Su amor infinito. Gracias que envió y sacrificó Su único hijo, Jesús Cristo, para que podamos tener vida eterna. Así es que si Dios siendo Dios me ama, me perdona mis pecados y en medio de todo me llena con Su gracia, ¿Porqué es que entonces yo no me puedo perdonar y tenerme gracia? Solo necesito tomar la decision de hacerlo, amarme y reconocer mis limitaciones. Así evito la frustración, la comparación y el dolor innecesario. Soy transformada por la gracia de Dios. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. (Hebreos 4:16) He aprendido hacer ciertos ajustes en mi diario vivir con los dolores crónicos. Quiero compartir contigo algunos. Espero que te sirvan personalmente o lo puedas compartir con alguien que sufre de dolores crónicos.
Recuerda Dios te llena de Su gracia constantemente. Te ama incondicionalmente. Tus bendiciones no son solo para ti sino para compartirlas con otros. Ten gracia contigo y con los demás. Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. - Santiago 1:12 Este versículo me llena de gozo y de paz en saber que Dios es fiel con Sus promesas.☺️
Ahora, cuéntame tu. ¿Te estás dando gracia cuando fallas o no logras algo de lo cual tenías en tu agenda para un día en particular?
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Hay aquellos cuyo cumpleaños llega y lo ven como un día normal. Ah, pero de ninguna manera es solo otro día para mí. Fuimos creados en el momento exacto en que Dios pensó en nosotras. No fuimos un pensamiento efímero, sino uno muy definido con especificaciones únicas de Dios. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). No somos cualquier cosa. Tenemos el ADN de Dios, perfecto, todopoderoso, majestuoso, maravilloso, amable, misericordioso, amoroso y compasivo, entre muchas otras cosas excelentes. Somos seres creadas con detalles y un amor perfecto. No dejes que nadie te diga lo contrario de tu existencia. No minimices tu vida. Celebra cada momento, especialmente el día de tu cumpleaños. Recientemente celebré mi cumpleaños con mi hija, mi familia y mis amigos. Me reí, bailé y disfruté cada momento. También celebré pasando tiempo con Dios, meditando sobre todo lo que ha sucedido en mi vida hasta este momento. Fue un tiempo en que mis lágrimas reflejaban tristeza, dolor, remordimientos por tomar decisiones equivocadas. Mis lágrimas también eran de alegría, bendiciones de la familia, personas hermosas en mi vida, logros y agradecimientos por la mano de Dios sobre mi vida. Los años que he vivido parecen una larga vida para muchos, pero para mí el tiempo todavía está evolucionando. Todavía tengo mucho que quiero lograr. Sigo caminando en el propósito de Dios para mi vida. Estoy agradecida con Dios por la oportunidad de seguir caminando incluso en los momentos en que me tambaleo y titubeo por razones de salud, pintando y tejiendo los hilos que forman parte del tapiz de mi vida. Celebra tu vida y valora cada minuto. Dios es y siempre será mayor que cualquier circunstancia por la que puedas pasar. Recuerda que fuiste creada con amor en la mente divina de Dios. No dejes que nadie o la situación por la que viniste al mundo te haga creer lo contrario. Tú llevas el ADN de Dios. Su Espíritu Santo fluye a través de tu ser. Celebra y disfruta tu vida en el amor de Dios. Fuiste creada con y para un propósito. Me encantaría saber cómo celebras tu cumpleaños. Compártelo conmigo. Entrar en un año nuevo y poder vivir cada día es un privilegio. Tendemos a dar días por sentado, pero la verdad es que las cosas pueden cambiar de un minuto a otro. Por eso es vital que veamos cada día como una bendición, una oportunidad para dar lo mejor de nosotros y vivir con alegría. Sin embargo, con el ajetreo del trabajo o las actividades de las que formamos parte, podemos proyectar en otros y en nuestros hijos todo lo contrario. Nuestra vida cotidiana puede contemplarse como difícil, estresante, carente de alegría y esperanza. Hacemos que nuestras situaciones sean difíciles de manejar como si las soluciones estuvieran fuera de nuestro control. Permitimos que las cosas pequeñas nos afecten, causando que nuestro temperamento se altere y transmitiendo la alteración a los que nos rodean.
Estuve en el supermercado hace unos días. Había estado en dos lugares antes en buscar de un ingrediente que me faltaba. No pude encontrarlo. Me desanimé y me encontré en apuros porque el menú que había planificado para la cena del Día de los Reyes Magos tuvo que cambiar. Yo estaba como, "Oh, no, ¿qué voy a hacer ahora? Ya envié la invitación a mi familia indicando el menú ”. Mi mente se quedó en blanco y de repente comencé a ponerme nervioso. Simplemente no pude pensar. Llamé a mi hermana y luego a mi cuñada quien me dio opciones de inmediato. Eran muy simples. Empecé a respirar No podía creer que me dejara agitar por algo que tenía otra solución. Aún así, es la forma en que muchos de nosotras reaccionamos cuando tenemos la mente puesta en cómo deberían ser las cosas. Estoy agradecido a Dios por cada día y otro año que me regala. Le agradezco por una segunda oportunidad para hacer las cosas mejor y poder reflexionar sobre cómo puedo ser una mujer sabia, bendición para otros y mi familia. Tenemos la suerte de entrar en este 2020 mirando hacia las nuevas oportunidades que Dios nos tiene reservadas. Cada día es una oportunidad para que demostremos a nuestros hijos que vale la pena vivir. Compartamos con ellos nuestros momentos difíciles y la importancia de la reflexión diaria para que el día siguiente pueda ser mejor. Seamos modelos de alegría en medio de obstáculos y de esperanza cuando las cosas se ven sombrías. Tengamos fe creyendo en el cumplimiento de las promesas de Dios para cada una de nuestras vidas. Las promesas de Dios no son para algunos sino para todos. Sepamos que Dios, “…con sus plumas te cubrirá y con sus alas te dará refugio. Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.”(Salmo 91: 4) Estoy emocionada y a la expectativa de las bendiciones que están por llegar. Estoy mirando hacia el futuro con una visión nueva y metas alcanzables. Durante una de mis devociones diarias, encontré el siguiente extracto del libro, The Valley of Vision de Arthur Bennett. Deseo compartirlo contigo. "Permítanme aprender por paradoja que el camino hacia abajo es el camino hacia arriba, que estar bajo es estar alto, que el corazón roto es el corazón sanado, que el espíritu contrito es el espíritu de regocijo, que el alma arrepentida es el alma victoriosa , que no tener nada es poseerlo todo, que llevar la cruz es llevar la corona, que dar es recibir, que el valle es el lugar de la visión ". Ayúdame a verte claramente, sin importar dónde esté. En el nombre de Jesús. Amén. En el amor de Cristo No se si eres como yo. A mi me encanta recibir regalos. Es tan divertido especialmente cuando el regalo es algo muy especial. Sabes que la persona dándote el regalo pensó en ti buscando algo que fuese significativo. Pues, el domingo pasado, mi hija bella llegó de una conferencia, The Declare Conference, para mujeres cristianas blogueras.
Llegó emocionada con bolsas llenas de detalles de la conferencia. Nos sentamos en su cama mientras ella sacaba cada artículo explicando lo que era y el cuento detrás de cada uno. Yo estaba intrigada por lo abultada que estaba cada bolsa. Cada uno de los artículos estaba relacionado con una oradora, una amiga nueva, las mujeres que estaban en su mesa o las conexiones con los representantes de los negocios pequeños en las mesas fuera del salón de conferencias. Sacó los recordatorios del evento, una tasa, camiseta, libros…y cada dos o tres cosas que sacaba, una era para mi. Yo soy como las nenas chiquitas a la expectativa de lo que va a salir de la próxima bolsa. ¡Estaba eufórica! Fue tan lindo de ella pensar en mi. Me sentí como si yo fuera parte también de la conferencia. Estaba Mari a punto de vaciar su última bolsa cuando me dijo, “Mom, yo quería traerte algo muy especial y fue ésto lo que encontré para ti”. ¡Ay, ay, ay! Era una cruz, de tamaño mediano, hecha a mano, hermosa, con tres clavos y un papelito debajo de uno de los clavos. Procedió a contarme la historia. Compró la cruz de uno de los comerciantes fuera del salón de conferencias. La cruz es hecha a mano, una vez terminada, los niños y los esposos, Rick and Jackie Drew, los fundadores del ministerio, RAD JOY Surrender Cross, oran por cada cruz. La cruz es un recordatorio visual del amor de Cristo. ¡Te podrás imaginar mi gozo! Alguien sin conocerme ya había orado por mi. La mejor parte de la historia es que Jackie Drew quien estaba vendiendo las cruces en el evento oró de nuevo por las dos cruces que Mari compró (ella compró una para ella). Jackie escribió en un papel la palabra que resaltó en su corazón mientras oraba por cada una de las cruces. Comencé a llorar cuando vi la palabra escrita en el papel de mi cruz. Fui tocada por el gozo y la fidelidad de Dios. Solo Dios puede estar en el corazón del ministerio de RAD JOY Surrender Crosses. (surrender significa rendirse, entrega). Lo que no sabes es que yo también iba a estar en la conferencia ya que me había registrado con Mari para ir juntas pero a última hora no pude asistir. Dios tuvo cuidado de mi y quería que yo supiera cuanto me ama a través de la palabra que le dio a Jackie. Al día siguiente, me senté a orar, escribí mis cargas y las clavé en la cruz. Cada vez que miro a mi cruz en la pared de mi cuarto, me acuerdo de no preocuparme ya que entregué mis cargas a Jesús. La paz de Dios me llena cada vez que miro mi cruz. Se que mis oraciones serán contestadas en el momento perfecto de Dios. Todos tenemos cargas y preocupaciones en la vida que a veces sentimos que no hay manera de resolverlas. Ponlas delante de Jesús, entrégalas a los pies de la cruz. Jesús se encarga. “Dios Padre nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados.” (Colosenses 1:13-14) Ora y confía en Jesús. Inténtalo y cuando lo hagas, Dios te llenará de una paz increíble. El gran profeta, Isaías lo describe de manera hermosa en el libro de la Biblia, el libro de Isaías, capítulo 26, versículos 3-4: “Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Confíen siempre en el Señor porque el Señor Dios es la Roca eterna.” ¿Quieres tener una relación hermosa con Jesús y hacerlo dueña de tu vida? Ve a la parte de la oración de salvación en la parte de arriba de esta página y verás como tu vida se llenará del amor, gozo y paz de Dios Padre, Su hijo, Jesús y el Espíritu Santo, todos en Uno. Me encantaría saber de ti. Me puedes escribir en la parte de comentarios y te contestaré. Te invito también a que te suscribas a mi devocional semanal. Es completamente gratis y te ayudará a crecer en tu relación con Jesús. Hasta mi próximo escrito… En el amor de Cristo, María Esther Cada día es una bendición. Es un regalo hermoso de Dios. Las circunstancias se quieren apoderar de nuestras vidas y las percepciones dominarnos cuando somos nosotros quienes deberíamos estar en control con el favor y la gracia de Dios. Necesitamos tomar
riendas de nuestras situaciones confiando en Dios y sabiendo que si vivimos el día en amor y haciendo lo que Él nos instruye hacer, entonces estamos alineados con Su propósito en nuestras vidas. He tenido una prueba fuerte de dolor físico durante estos últimos meses. Manteniéndome alineada en el amor de Dios y en Su promesa de sanidad, ha sido lo que me ha fortalecido mas en Su amor. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias. Salmo 103:2-3 No les niego que he tenido mis momentos de tristeza, lagrimas, soledad y hasta incertidumbre de ¿qué va pasar con mi futuro? Cada vez me pongo en los brazos de Jesús, donde encuentro paz. Sacando mi Biblia, meditando en ella y recordando todo el dolor y sufrimiento que pasó Jesús por mí, solo puedo decirle, “Perdóname, mi Jesús, por lo que siento cuando Tú pasastes por tanto dolor y tribulación para que yo tenga hoy acceso al cielo y disfrutar de la vida eterna. Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Mateo 8:17 Gracias mi Señor. Nos damos cuenta con quienes contamos en nuestras vidas cuando estamos pasando por momentos tormentosos, sean éstos - enfermedad, dificultades financieras, pérdida de un ser querido o simplemente viviendo con nuestras altas y bajas. Mi familia en la iglesia, amigos y conocidos han sido instrumental en hacer muchos de mis días tolerables, gozosos y llenos de esperanza. Necesitamos palabras de aliento y el sentido de que somos amados. Todos tenemos nuestras luchas pero como Cristianos estamos llamados a consolar y estar con aquellos que están enfermos, lloran y sufren. Sin embargo muchos permiten que el estar ocupado en sus cosas personales y hasta en la iglesia los domine y se olvidan de hacer verdaderamente lo que Jesús los llamó hacer. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8 Estoy muy agradecida por mis Pastores quienes se aseguraron de que yo recibiera flores en el hospital y cuando regresara a casa. Me encantan las flores. Sus colores y belleza me llenan de una alegría inmensa. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Salmo 37:4 Nos obsequiaron con tarjetas de regalo de comida para que mi hija se concentrara en mis cuidos. Los Pastores me visitaron y oraron. Mis colegas, bibliotecarios, me llamaban y muchos nos obsequiaron con mas tarjetas de regalo de comida. Tuve visitas de muchos de ellos. Aún las recibo. Sacaron de su tiempo para estar conmigo. Mi sobrina, Aury Lis, vino de Puerto Rico para cuidar de mi por una semana mientras mi hija comenzaba un trabajo nuevo. Naomi, quien es otra hija para mi, viajó desde Chicago para relevar a mi hija y dejarla descansar. Fue una bendición grande. Amigas como Justina, Sandra, Marilou, Daisy, Donna, Barbara, Allison, Carla y Magaly pasaron horas cuidando de mi asistiendo y relevando a mi hija. Mi querido ex alumno y ahora amigo Carlitos y Dave estuvieron conmigo dándome apoyo y me hacían reír para que yo no pensara en el dolor. Otros como los integrantes de mi Estudio Bíblico , Guerreros en la Oración, Neil, Janet, Rosalie, Tammy, Miguel, MeriLynne, Doris, Lucy, Dolly, Monchy, Lari, Annie, Yanira, Monchy, Lari, Carlos, Melissa y Anthony, quienes con sus oraciones literalmente me levantaron en el cuarto del hospital. Estoy muy agradecida a Sonia, quien me hizo un caldo cuando yo no podía pasar nada sólido por boca. Mi familia estuvo muy atentos y orando desde Puerto Rico y Florida. Gracias en especial a Carmencita, Aury, Papo, Juny, Davy, quien desde su cama en el hospital, Vidal, Paquita y papi. Gracias a mis vecinos y todas aquellas personas que oraron, siguen orando y estuvieron pendientes a mi. Yo creo en el poder de la oración. Me estoy fortaleciendo mas cada día. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Santiago 5:15a No minimices el poder de una llamada, texto, visita, el envió de flores o una oración. Se un instrumento del amor y gozo de Dios. Mira a tu alrededor. Encontrarás alguien necesitando de tu sonrisa, oración o unos minutos de tu tiempo. No dejes pasar el momento de hacer algo por alguien. El hombre bueno es compasivo y generoso; todos sus negocios los maneja con justicia. Salmo 112:5 RVC En el amor de Cristo, María Esther |
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March 2020
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